Lima
La curiosidad forma parte de la esencia del ser humano. Hoy día, la neurociencia nos dice que, sin esa chispa de curiosidad, es imposible alcanzar un aprendizaje duradero y ser feliz mientras se aprende. Y en palabras del neurocientífico Francisco Mora, "solo se aprende aquello que se ama".
Es propio del ser humano hacer y aprender haciendo: ideando, reflexionando, planificando, escribiendo, pintando, construyendo...
La curiosidad y el aprendizaje activo, se manifiestan especialmente cuando somos niños.
Ya hace casi cien años, John Dewey, filósofo y pedagogo, pensó la escuela como una comunidad de investigación, un lugar en el que se vivieran experiencias educativas motivadoras, interesantes y relevantes que estimularan el crecimiento intelectual y personal del alumnado.
El aprendizaje basado en proyectos se ha mostrado como una de las metodologías más eficaces para lograr que estos desarrollen las competencias que demanda la sociedad del siglo XXI haciéndolos más autónomos, desarrollando su capacidad para investigar y resolver problemas, para trabajar en equipo, para innovar y para construir conocimiento relevante por sí mismos.